lunes, 30 de mayo de 2011

Atarrabi


   Atarrabi fue el último bar que pinté en Vitoria
   Por supuesto, cuando el asunto me fue expuesto
no tenía idéa de lo que el nombre significaba:
-"El hijo gamberro de la Mari"- díjome el dueño
Y poco más. Asi que, ahí me tienes en la biblioteca vitoriana,
empapándome de lo poco, aunque suficiente,
que encontré sobre mitología vasca -un pequeño libro
escondido entre nubes de polvo y más polvo
   Y efectivamente: la tal Mari, la diosa vasca
nacida de las entrañas de la tierra, su morada,
tuvo dos hijos: uno era el bien, el otro el mal:
   Atarrabi es el segundo, claro
   (Sin embargo, ahora leo que es lo contrario
   ¿A quien hacerle caso?
Confundir el bien  con el mal y viceversa me parece excesivo
Así va el mundo) 
   Es uno de los personajes transparentes a ambos lados de la diosa-serpiente
   Así que, armado de mis cinco botes de pintura acrílica,
y mis tres pinceles y dos brochas -no necesito más-
comencé la tarea encomendada entre días de jolgorio y desenfreno


   No pude resistir la tentación de incluirme haciendo el payaso;
y al amiguete riendo el chiste
Ambos estamos sobre esas nubes en paro -en primer plano-
todo el mundo de fiesta pues han cesado las tormentas

   El carnero y la bailarina de flamenco perdido en la memoria
tengo sus por ques y no encuentro ahora información sobre ellos

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